6 jul 2018

El dinosaurio y el bebé conversación entre Jean Luc Godard y Fritz Lang




En 1967, dos opuestos reúnen su talento sobre una simple mesa: Fritz Lang y Jean Luc Godard, el dinosaurio y el bebé, entablan una plática donde las ideas sobre cine se proyectan sin necesidad de una pantalla. Uno veterano, el otro joven, cuya ópera prima había sido estrenada solo 7 años antes, À bout de souffle (Sin aliento). Prudencia y saber vs candor e improvisación; diferentes caminos para el pensamiento cinematográfico que, sin embargo, confluyen de varias formas. En 1963 habían trabajado juntos en Le mépris (Los celos), Lang se interpretaba a sí mismo en la película de la cual, se extraen imágenes que se intercalan con el diálogo entre estos dos autores, cuyo hermandad se encuentra, en el oficio cinematográfico.
Fritz Lang y Jean Luc Godard son, sin lugar a dudas, dos de los directores más influyentes en la historia del cine occidental, un par de titanes que, cada uno en su tiempo, revolucionó con genio, talento y constancia las formas y las prácticas de la expresión fílmica, creando casi de la nada una nueva forma de ver el mundo, de mirarlo.
En esta ocasión compartimos esta maratónica charla sostenida entre ambos realizadores, un tête-à-tête improbable y en cierta forma desmesurado en el que, con cierta frecuencia, se cuelan chispazos de genialidad, justo como esos relámpagos que los griegos veían en la cima del Olimpo y los cuales achacaban a la actividad de los dioses.
"No me gusta el término artista" —dice en cierto momento de la charla Fritz Lang— "¿Qué es un artista" Un hombre que trabaja mucho y que conoce su oficio. Un gran cirujano es para mí un artista. Yo trabajo mucho. Me gusta mi trabajo. Debo decir que mucho. Eso es todo".
Solo que, afortunadamente para el cine y su devenir, eso no es todo.







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